Hubo un primer tiempo en que las situaciones de riesgo, en su mayoría, se dieron sobre el arco de Liga. Lo sorprendente para bien en Independiente fue lo sencillo que le resultó quebrar al rival que tanta experiencia tiene en esta clase de torneos. Encontró facilidades impensadas, porque Liga fue una suma de errores defensivos, algo que los dirigidos por el turco Mohamed forzaron con una ofensiva compuesta por tres hombres desde el inicio de juego. Pero lo más destacado de los locales se dio después del gol de cabeza que consiguió Facundo Parra a los 26 minutos, tras ser asistido también de cabeza por Galeano, ya que se vieron las mejores acciones del equipo de Avellaneda en lo que va del certamen, con jugadas que no pudieron capitalizar Andrés Silvera, Parra y Nicolás Cabrera. Aunque al frente estaba la Liga, un equipo que tiene buenos jugadores y sabe lo que quiere. Sobre el final de la primera parte cuando parecía que el rojo se iba en ventaja apareció la pesadilla de Independiente en esta serie como es el uruguayo Juan Manuel Salgueiro para estampar el empate parcial con un zurdazo tras pase del argentino Barcos.
Independiente supo recuperarse rápido en el complemento y antes del minuto de juego, Hernán Fredes pusó el 2 a 1, tras interceptar un pase de Urrutia cerca de su propia área y que el propio Fredes aprovechó muy bien para poner un global de 4 a 4 pero la clasificación para los de Mohamed por los goles de visitante.
Luego hasta el final fue todo sufrimiento y lucha para los locales ante una Liga que intentó hasta el último instante pero que no le alcanzó, ya que cuando el árbitro chileno Ossés pitó el final, las 45 mil almas presentes en el estadio explotaron de júbilo y alegría, donde después de 15 años van a volver a ver al rojo en la final de un torneo continental.
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